No es desde hace mucho tiempo que elaboramos esta pieza de bollería. Cualquier panadería que se precie debería tener un croissant digno en su carta.
Reconocido a nivel mundial cuenta la leyenda que apareció en la Viena del siglo XVII cuando las tropas otomanas asediaban la ciudad, los panaderos vieneses alertaron a la población de una incursión turca durante la noche. Para celebrar la victoria idearon un postre con forma de media luna para simbolizar el triunfo sobre la bandera turca.
Cierto o no, el producto ha llegado hasta nuestros días y es famoso mundialmente. Han sido los franceses quienes han ido mejorando el concepto inicial y han encumbrado al croissant a la cima de la pastelería. Actualmente es todo un arte elaborar un buen croissant y existen múltiples campeonatos para designar cuál es el mejor siguiendo siempre unos parámetros estipulados.
Un buen croissant debería tener un color tostado producto de la caramelización de los azúcares en el horno y un brillo típico debido a una fina capa de huevo que se le aplica antes de la cocción. La corteza debe ser crujiente y es buena señal si se descascarilla al meterlo en la boca. El interior debe ser alveolado debido al hojaldrado y su miga suave y húmeda tiene que tener aromas a mantequilla. Somos contrarios a aplicarle cualquier brillo o recubrimiento que enmascara su sabor y aroma. La mantequilla de nuestro croissant debe ser suficiente para otorgar el gusto que deseamos. Existen en el mercado productos que se hacen llamar croissant pero no se acercan ni de lejos al auténtico, cualquiera que no cruja en la boca y no presente los restos del hojaldrado no podría considerarse croissant, pero para gustos los colores…
Nosotros lo elaboramos siempre con mantequilla de primer nivel y aplicamos el laminado con máximo cuidado para que el producto final conserve sus propiedades. Al ser un producto que debe fermentar lleva levadura en su composición y esto le suma un grado de dificultad al proceso. Os recomendamos disfrutar de él tranquilamente sin prisas recreándose en su textura y aromas.
Otras piezas de bollería hojaldrada que elaboramos son también la caracola de cabello de ángel, napolitana de chocolate, ochos y trenzas. Esperamos añadir alguna otra referencia buscando siempre complacer a nuestra clientela.